La jardinería paisajista es una actividad profesionalizada en la que todos los elementos que se emplean son naturales o vegetales. Además, todos ellos responden a una serie de parámetros muy característicos.
Los jardines en general han vivido una evolución a través de los siglos. Y fue el Inglaterra en donde empezó a hablarse de paisajismo. Los jardines propios del barroco y otras superficies ornamentadas con flores cambiaron.
A partir del siglo XVII el diseño de los jardines y zonas verdes empieza a tener directrices. Se buscaba un equilibrio y un efecto natural. Por eso las líneas rectas empiezan a dejar paso a curvas sinuosas menos artificiales.
Años después esos jardines de Inglaterra seguían ciertas reglas diferenciadoras. Quizás también influenciados por algunas pinturas que evocaban paisajes. Como los cuadros de Nicolás Poussin.
Cuadros que imitaban jardines o jardines que parecían pinturas
Esto nos recuerda al viejo paradigma del huevo y la gallina. Y es que ya en el siglo XVIII había jardines que pretendían imitar a algunas pinturas célebres. Algo en que también parece señalar alguna posible influencia oriental.
Seguro que te viene a la mente la peculiaridad que tienen algunos espacios vegetales chinos. Fue entonces cuando empezaron a estudiarse esas diferencias.
El resultado dio lugar a la aparición de profesionales paisajista. Personas dedicadas que viajaban por el mundo para estudiar los pormenores del diseño de exteriores. Visitando países como Francia, Italia, Suiza o Alemania.
Esta forma de decoración se desarrolló de forma paralela a los cambios arquitectónicos. Pero siendo independiente de las construcciones y edificaciones en general.
Hubo un primer jardín, ubicado en una residencia de la periferia londinense, el que parece que sirvió de inspiración. Y Alexander Pope ayudó a divulgar esa belleza que lo caracterizaba a través de algunos de sus escritos.
¿Qué hace un paisajista?
Tras profesionalizar este arte y, con el paso de los años, la actividad se ha ido perfeccionando. Un paisajista trabaja con diferente flora para crear ambientes. Pero también incluye elementos como el agua o los animales.
El profesional estudia con detenimiento el espacio que va a crear y sus características. Todo el conjunto debe ser armónico y atender a unos parámetros. Incluso la ubicación de una vivienda.
Los paisajistas planifican con calma la estética del paraje. Pero también el clima y la vegetación más apropiada; incompatibilidades entre elementos y cualquier detalle que pueda afectar al resultado final.
Hay vegetación de hoja caduca y perenne, calendarios de floración, tipos de suelos y muchas variables distintas. Es por eso que hablamos de una tarea tan compleja en la que se aúnan arte y profundos conocimientos.
Creamos ambientes completos, bellos, coherentes y también funcionales. Pero no hay nada tan precioso con poder materializar todo eso en un espacio vivo.
La jardinería paisajista más allá del efecto estético
Todos podemos ver el efecto de un jardín o incluso la belleza de las flores en una maceta. Sin embargo, un paisajista tiene una tarea mucho más compleja.
Y es que, además de la belleza visual debe haber una armonía energética. Como si se tratara de crear un museo vivo y en el exterior. Pero con elementos que crecen, cambian y evolucionan.
Ni que decir tiene que estamos hablando de proyectos sostenibles y con un componente cultural y emocional. Capaces de sobrevivir en el tiempo y en el medio en el que son concebidos.
Para los profesionales que nos dedicamos a esto supone una gran satisfacción. Porque nos centramos 100 % en todas las variables a analizar y les damos forma.
Creamos ambientes completos, bellos, coherentes y también funcionales. Pero no hay nada tan precioso con poder materializar todo eso en un espacio vivo.
Sin duda la jardinería paisajista es una ocupación vocacional y cada espacio o proyecto son diferentes. Es por eso que si tienes cualquier duda llámanos y te lo explicaremos con todo detalle.